Derivas Urbanas

Derivas Urbanas
“Caminar no nos lleva en principio a ninguna parte luego nos permite llegar a cualquier lugar.”

26 feb 2014

Sé cuánto lamentas no haber llevado un libro en la mano.



Cuando cerraron las puertas

El vagón estaba semi vacío. O semi lleno. Todos ibais sentados y quedaban asientos sin ocupar. La gente leía, pero de eso te diste cuenta cuando el tipo del impermeable desfasado, el sombrero percudido y la antigua maletita de cuero marrón claro se levantó de su sitio y se sentó al lado del señor que estaba casi exactamente frente a ti, leyendo a Bradbury. Un hecho a todas luces excepcional: nadie lee a Bradbury en el metro. 

El de la maleta le sonreía descaradamente al lector de Bradbury, quien tardó un instante en desconcentrarse y en mirar la sonrisa del hombre de la gabardina, quien hurgó en su maleta y extrajo un libro. El desconcertado bradburyano vio esa acción de reojo, pero enfrentó su mirada al comprobar que el viejo  no dejaba de blandir un libro a esacasos centímetros de su cara, invitándole con descaro a que reparara en él. Tú también lo hiciste. Era una colección de cuentos de Arthur Machen, con la portada bastante maltratada por el uso. El hombre del sombrero hizo que Bradbury cogiera el libro de Machen. Lo consiguió sin emitir sonido. Comprendiste enseguida que se lo estaba regalando, y que después de un ligero gesto que mezclaba amabilidad, agradecimiento y no puedo aceptarlo, Bradbury lo cogió. 

Entonces el viejo se levantó maleta en mano y fue a sentarse a la vera de la chica que leía a tu lado. Reparaste en que la chica leía -no puede ser, pensaste- a Cheever: Crónica de los Wapshot. La chica no había observado lo que acababa de ocurrir frente a sus ojos hacía un momento, con Bradbury. Eso, o disimuló muy bien. El del sombrero puso sonriente ante los ojos de la chica un ejemplar usado de Catedral, de Raymond Carver. La chica levantó la mirada de Cheever y la posó en Carver, y, enseguida, en el señor Maleta. Hay sonrisas que convencen a la primera, se sobreponen a todo, deshacen malentendidos, seducen hipnóticamente. La chica Cheever tenía ya en sus manitas una Catedral. El viejo de los libros pareció incorporarse con apremio. Se dirigió hacia la puerta donde, apoyado contra una de las hojas de la misma, un chico, un joven, leía Vidas minúsculas, de Alfred Polgar.

El tren comenzó a desacelerar, a entrar en la estación de La Latina. Cuando se abrieron las puertas, el chico, además del de Polgar, tenía otro libro en sus manos: La habitación del poeta, de Robert Walser, sin contraportada, te pareció. Cuando se cerraron las puertas, el viejo caminaba sonriente por el andén en dirección a vete a saber dónde. El señor Bradbury, la chica Cheever, el chico Polgar y tú, el Iletrado Imperdonable, lo seguisteis con la mirada hasta que el túnel os tragó otra vez. Juras que así fue como ocurrieron las cosas. Tardaste dos estaciones en darte cuenta de que también tú tenías que haberte bajado en La Latina. ¿Qué me habría dejado el de la maleta si yo hubiera viajado con el Doctor Pasavento, de Vila-Matas, por ejemplo? -pensaste. 

Sé cuánto lamentas no haber llevado un libro en la mano.

Roberto Villar



















Walker Evans,  Then Subway Portraits, 1938 

22 feb 2014

“Conquistador de lo Inútil”


Klaus Kinski en una escena de Fitzcarraldo

Cada vez me interesan más personajes como el director de cine Werner Herzog, su posición ante la enseñanza la resume sutilmente Lao-tse: 
Cada vez aprendemos más, pero sabemos menos.
o este Ejercicio de redacción escrito por un niño y que se conserva en el Museo Pedagógico de París. El tema propuesto era: describir un mamífero o un ave.

El pájaro del que voy a hablar es él búho. El búho no ve de día y de noche es más ciego que un topo. No sé gran cosa del búho, así que continuaré con otro animal que voy a elegir: la vaca.

La vaca es un mamífero. Tiene seis lados: el de la derecha, el de la izquierda, el de arriba, el de abajo. El de la parte de atrás tiene un rabo, del que cuelga la brocha. Con esta brocha se espantan las moscas para que no caigan a la leche. La cabeza sirve para que le salgan los cuernos y, además, porque la boca tiene que estar en alguna parte.

Los cuernos son para combatir con ellos. Por la parte de abajo tiene la leche. Está equipada para que se la pueda ordeñar. Cuando se le ordeña, la leche viene y ya no para nunca. ¿Cómo se las arregla la vaca? Nunca he podido comprenderlo, pero cada vez sale con más abundancia.

El marido de la vaca es el buey. El buey no es mamífero. La vaca no come mucho, pero lo que come, lo come dos veces, así que ya es bastante. Cuando tiene hambre, muge, y cuando no dice nada, es que está llena de hierba por dentro. Sus patas le llegan hasta el suelo. Las vacas tienen el olfato muy desarrollado, por lo que se las puede oler desde muy lejos. Por eso es por lo que el aire del campo es tan puro.

Werner Herzog detesta los estudios académicos sobre cine, los considera una enfermedad  y recomienda a los futuros cineastas que se alejen de las escuelas de cine: Hagan sus maletas y escapen, huyan lo más rápido que puedan. En lugar de estar en una escuela trabajen como conductor de un taxi o guardaespaldas en un club porno. Ganen dinero para hacer una película. Un cineasta se nutre de la sabiduría de las calles y los caminos, algo que no se aprende en las escuelas de cine. Así que les aconseja viajar a pie, porque el mundo se revela a aquellos que viajan caminando. Viajen a pie, eso tiene más valor que cuatro años en una escuela de cine, aunque nunca he estado en una. Eso sí, que lean, pero no libros sobre (hacer) cine, sino poesía o aquellos que descubran y revelen la hondura del mundo.

Hace unos tres o cuatro años Herzog abrió una escuela de cine en Los Ángeles -donde vive- con el formato de seminarios de fin de semana que se celebran donde puede: la Werner Herzog's Rogue Film School, algo así como la escuela de cine vagabunda o peregrina (o pícara o pirata) de Werner Herzog. No se imparte ningún tipo de enseñanza técnica, es una escuela para los que han viajado a pie, han mantenido el orden en un prostíbulo o han sido celadores en un asilo mental. En pocas palabras, para los que tienen un sentido poético. Para los peregrinos. Para los que pueden contar un cuento a un niño de cuatro años y mantener su atención, para los que sienten un fuego en su interior.

La Rogue Film School no se parece a ninguna escuela de cine: se parece a Herzog -y al cine de Herzog, claro-; y no tiene nada de extraño.
Ejemplo de sus materias de estudio:
Viajar a Pie
Arte de Forzar Cerraduras 
La Confección de tus Propios Permisos de Rodaje
Técnicas de Neutralización de la Burocracia
Tácticas de Guerrilla, 
Autosuficiencia... 

Recomienda algunas películas de cabecera como el tesoro de Sierra Madre (1948, dir. John Huston), Viva Zapata (1952, dir. Elia Kazan), La Batalla de Argel (1966, dir. Gillo Pontecorvo) la trilogía de Apu de Satyajit Ray y ¿Dónde está la casa de mi amigo? de Kiarostami. 
Entre las lecturas obligatorias figuran las Geórgicas de Virgilio, La breve vida feliz de Francis Macomber de Hemingway o Historia verdadera de la conquista de la nueva España de Bernal Diaz del Castillo. 

Fascinante, ¿no? como la mirada de Klaus Kinski en Aguirre o la increíble Fitzcarraldo  traumática, y famosa por mover un barco de vapor de 320 toneladas por una colina sin usar efectos especiales. Herzog pensaba que nadie jamás había realizado tal proeza en la historia, y que nunca mas la realizarían, llamándose a si mismo “Conquistador de lo Inútil”.

Estas pedagogías extrañas me llevan a inevitablemente al Joseph Jacotot de Rancière, J. (2002) El maestro Ignorante. Cinco lecciones sobre la emancipación Intelectual, Barcelona, Laertes.
Jacques Rancière, resume su tesis en estas palabras:

-Para el neófito, la única forma posible de enseñar es explicando. ¿Cómo hacer para que, sin explicaciones, un niño, o un adulto entiendan lo que no conocen?
JR-Joseph Jacotot consiguió demostrar que el método de la explicación constituye el principio mismo del sometimiento, por no decir del embrutecimiento.


-¿Podemos recordar el comienzo de esa aventura singular?
JR-La historia comenzó cuando Jacotot, un apreciado filósofo y pedagogo en Francia, se instaló en Bélgica por razones políticas durante la Restauración (1814-1830). Allí fue contratado por la Universidad de Lovaina para enseñar francés. Jacotot, que no sabía una palabra de holandés, distribuyó a sus alumnos una versión bilingüe del Telémaco de Fénelon y los dejó solos con el texto y con su voluntad de aprender. Sorprendentemente, pocos meses después todos eran capaces de hablar y de escribir en francés sin que el maestro les hubiese transmitido absolutamente nada de su propio saber. Jacotot dedujo entonces que sus alumnos habían utilizado la misma inteligencia que usa un niño para aprender a hablar. ¿Qué hace un niño pequeño? Escucha y retiene, imita y repite, se corrige, tiene éxito gracias al azar y recomienza gracias al método. Todo sin ningún maestro.
(...)

JR-Un maestro ignorante no es un ignorante que decide hacerse el maestro. Es un maestro que enseña sin transmitir ningún conocimiento. Es un docente capaz de disociar su propio conocimiento y el ejercicio de la docencia. Es un maestro que demuestra que aquello que llamamos “transmisión del saber” comprende, en realidad, dos relaciones intrincadas que conviene disociar: una relación de voluntad a voluntad y una relación de inteligencia a inteligencia.

Aguirre, la cólera de Dios
AGUIRRE, DER ZORN GOTTES
1972, Werner Herzog Film, Germany



El "raro" método pedagógico de Herzog y Jacotot me llevan a Joseph Cornell (Nueva York, 1903-1972) artista y escultor norteamericano, pionero del arte de assemblage (montaje), cineasta experimental, considerado como el primero de los surrealistas norteamericanos.
Joseph Cornell es otro de esos autores raros "coleccionista de lo inútil" a caballo entre el bricoleur y el poeta de los objetos encontrados. Sus cajas son ensamblajes que organizan pequeños poemas visuales autosuficientes, donde la magia de las relaciones entre las cosas exigen al espectador una mirada inocente, un dejarse ir, un ver el mundo por primera vez.

Archivo digital "Joseph Cornell Papers"
(material biográfico, correspondencia, diarios, fotografías, etc.) que ofrece la web "The Smithsonian Archives of American Art" 
Cajas de Joseph Cornell acceder a: "Navigating The Imagination"  o "The Joseph Cornell Box" 






21 feb 2014

Poesía Visual Stop Desahucios


 Ilustración para el cartel de la convocatoria, Inge Nouws.

 Edu Barbero "STOP DESAHUCIOS"

 Edu Barbero "STOP DESAHUCIOS"
Antonio Monterroso - Edu Barbero "Retablo"

Boek visual
{mail art + poesía visual + arte experimental}Recomiendo una visita tranquila por sus numerosas entradas.
Destaco aquí una convocatoria de carteles para "Stop Desahucios", con numerosas respuestas visuales que constituyen ejemplos magníficos de aplicaciones prácticas de la poesía visual. Cuando la inteligencia del artista se pone al servicio de causas importantes para la sociedad y transforma su propio mundo en campo de batalla.
"Stop Desahucios" album en picasa

4 feb 2014

Presentación del proyecto de investigación "Desconectados. Análisis de la dimensión relacional en algunas prácticas artísticas contemporáneas" de la estudiante de doctorado Maite Angulo

      


Lunes 10 de febrero en el aula de Proyectos 

      El próximo lunes la estudiante de doctorado Maite Angulo nos hará una breve presentación de su proyecto de tesis, con el doble fin de aclarar en qué consiste un proceso de investigación doctoral en Bellas Artes, para aquellos interesados en continuar su formación por esa vía y, por otro lado, debatir sobre algunas cuestiones referentes al arte contemporáneo.
      El proyecto “Desconectados. Análisis de la dimensión relacional en algunas prácticas artísticas contemporáneas” se centra en el análisis de una serie de prácticas artísticas contemporáneas cuyo objetivo principal es la construcción de socialidad y cuyo marco de referencia teórico es el contexto del capitalismo cultural contemporáneo y su influencia tanto en la experiencia social en conjunto como en la experiencia estética.
      El punto de partida del estudio es la observación de un cierto malestar en la cultura, que podría describirse como un ambiente de desconexión, en el sentido de indiferencia y fragmentación percibido en la experiencia social en su conjunto y más concretamente en la experiencia estética. Este fenómeno de desconexión implicaría una experiencia truncada y esterilizante que no permite un disfrute pleno o una relación operativa ni el seno de la vida social ni en la experiencia estética, y estaría relacionado con un conjunto de aspectos característicos de nuestras actuales sociedades como el exceso de estímulos sensoriales y contactos sociales al que se ve sometido el individuo en una gran ciudad y que le llevarían a una actitud de recogimiento y reserva, o los procesos de homogeneización, fragmentación y parcelación del espacio público que delimitan y mercantilizan la experiencia social. Tomando como referencia las teorías estéticas de John Dewey, Georg Simmel, Georg Lukács y Herbert Marcuse se está realizando un estudio de la historia social de la desconexión así como de diversas propuestas de emancipación a través de “experiencia de comunidad” y de la “experiencia estética”.
      Desde la década de los noventa se aprecia un incremento de las prácticas artísticas que se hacen eco de este debate y desarrollan, desde ámbitos tan distintos como el arte de contexto, el arte público o el activismo creativo, propuestas encaminadas a generar nuevos y alternativos espacios de socialidad e intercambio. El pensador y crítico de arte francés Nicolas Bourriaud publicó en 2006 un conocido ensayo titulado “Estética relacional” en el que analizaba una serie de prácticas que tomaban el conjunto de las relaciones humanas como material de trabajo para experimentar con las nociones relacionales e interactivas de la experiencia estética. Así, artistas como Rirkrit Tiravanija, Pierre Huygue, Liam Gillick o Douglas Gordon, entre otros muchos, organizaban encuentros, cenas o fiestas con el propósito de desviar la atención del carácter objetual del arte y centrarla en la experiencia del tiempo compartido entre los participantes y el artista. Pero, ¿son estas propuestas realmente eficaces? ¿es posible que las prácticas relacionales que estos artistas proponen dentro de “la institución del arte” realmente promuevan una expansión y un enriquecimiento de la vida social y de la experiencia estética?

      A lo largo de la charla revisaremos algunas propuestas de arte relacional en el sentido en que Bourriaud las definía así como otras propuestas que buscan experimentar con la dimensión relacional de la experiencia a través de procesos de autogestión cultural y fuerte vinculación con el contexto local y la vida cotidiana. Como ejemplos de esto último encontraríamos experiencias culturales que se llevan a cabo en Madrid como El Campo de Cebada, Esta es una plaza o Todo por la praxis.

Enlaces de interés: